El Cura y La Ninfomana
Una ninfómana en plena crisis deambula por la calle.
De golpe le entran unas ganas terribles, tiene que follar sin falta.
Llama a todas las puertas pero no encuentra a nadie. Entonces ve una iglesia y entra.
No hay nadie excepto el cura que le dice: -¿Qué desea hija mía?
-Te deseo a ti, tómame.
-¿Perdone? -dice el padre.
-¡¡¡Tómame, fóllame, no puedo más!
-¡Pero hija, estás en la casa de Dios!
-¡No me importa, quiero que me folles ya!
-¡Pero no puedo! ¡¡Soy un cura!
La chica se desnuda y se estira sobre el altar. Tiene un cuerpo imponente, y el cura no sabe qué hacer, no puede más, le entran los calores, se gira hacia la cruz y le pregunta a Jesucristo: -Señor, ¿qué hago?
Y Jesús le responde: -¡¡¡¡¡Desclávame cabrón, desclávame!
Una ninfómana en plena crisis deambula por la calle.
De golpe le entran unas ganas terribles, tiene que follar sin falta.
Llama a todas las puertas pero no encuentra a nadie. Entonces ve una iglesia y entra.
No hay nadie excepto el cura que le dice: -¿Qué desea hija mía?
-Te deseo a ti, tómame.
-¿Perdone? -dice el padre.
-¡¡¡Tómame, fóllame, no puedo más!
-¡Pero hija, estás en la casa de Dios!
-¡No me importa, quiero que me folles ya!
-¡Pero no puedo! ¡¡Soy un cura!
La chica se desnuda y se estira sobre el altar. Tiene un cuerpo imponente, y el cura no sabe qué hacer, no puede más, le entran los calores, se gira hacia la cruz y le pregunta a Jesucristo: -Señor, ¿qué hago?
Y Jesús le responde: -¡¡¡¡¡Desclávame cabrón, desclávame!